EL PROBLEMA PALESTINO,
por Juan Bosch
Primera parte (1 de 3).
El Estado de Israel, que ocupa hoy el territorio de la antigua Palestina, partes de los territorios del Líbano, Siria, la Transjordania y la Península de Sinaí, no es, como han dicho algunos interesados, un producto de la historia; es un producto del sistema capitalista, tal como éste vino a desarrollarse en el siglo XIX.
Aunque había nacido en el último tercio del siglo XVIII, allá por el año 1765, la industria mecanizada, es decir, la industria que funciona a base de máquinas, comenzó su verdadero desarrollo en los primeros 25 o 30 años del siglo pasado, y ese desarrollo requería una reorganización del mundo apropiada a las necesidades del crecimiento de la industria, lo que equivale a decir una reorganización del mundo apropiada al crecimiento del poderío económico, político y militar de Inglaterra, que era el país donde había nacido la industria moderna. Las máquinas fueron el producto del desarrollo del sistema capitalista, pero a su vez, gracias a la invención de la máquina de vapor el sistema capitalista iba a renovarse y a dar nacimiento dentro de él a un capitalismo más avanzado, y para el año 1838 ese capitalismo avanzado estaba viendo la necesidad de meter entre el África y Asia una cuña que debía ser un país puesto bajo la protección de Inglaterra.